La cerámica y los azulejos han sido desde siglos atrás el legado de Andalucía, formando siempre parte de su artesonado y legado.
Comenzando por el arte musulmán, los azulejos andaluces plasmaron en sus diseños la evolución histórica de los diferentes estilos artísticos.
Estas losetas de cerámica vidriada son empleadas como revestimiento de muros y pavimentos que constituyen uno de los principales signos de identidad del arte y la arquitectura andaluces.
Los origines
La llamada tradición del azulejo destaca entre las muchas artísticas que se han desarrollado en Andalucía a lo largo del tiempo.
Los primeros ladrillos vidriados conocidos se atribuyen a Mesopotamia y al Antiguo Egipto. Este tipo de decoración destaca por fusionar estética y funcionalidad.
Hoy en Albayzín Cerámica os comentamos las épocas más importantes
Azulejos nazaríes(S. XIII-XV)
El reino nazarí, que comenzó en 1232, sirvió como último estado musulmán de la Península Ibérica.
Los sultanes de esta dinastía llevaron el arte andaluz a cotas de sofisticación inéditas fomentando la construcción de grandes palacios, cuya austeridad contrastaba con la fastuosa decoración interior.
La Alhambra de Granada, que sirvió como sede de la corte nazarí, se convirtió en un importante espacio de exhibición del arte de esa época, que está mejor representado por los pedestales de azulejos basados en principios geométricos.
Mexuar y Comare juntos forman el área de los Palacios Nazaríes.
Azulejos Mudéjares (S. XIV-XV)
A medida que los reinos cristianos en el norte de la Península Ibérica se unieron a partir del siglo XI, se expandieron gradualmente sobre la región de al-Andalus en el sur.
Esta realidad social facilitó la difusión de modelos y métodos artísticos de raíz islámica. Así nació el arte híbrido conocido como mudéjar.
Este estilo apareció principalmente en la arquitectura y la artesanía, como el yeso, la talla de madera y la cerámica.
El Real Alcázar de Sevilla, proyectado en estilo mudéjar, exhibe una rica decoración ornamental elaborada por artesanos musulmanes, en la que destacan numerosos zócalos de alicatados que revisten los muros, cuyos diseños de tipo geométrico remiten a los de los mosaicos de los palacios de la Alhambra.
Azulejos Isabelinos y Renacentista (S. XV-XVI)
El fin del último centro de poder musulmán en la Península Ibérica y la introducción de una nueva estética basada en principios cristianos se produjo con la conquista de Granada por los Reyes Católicos en 1492.
La fusión de elementos góticos, mudéjares y renacentistas en el arte de ese tiempo era característico.
Esa amalgama formal se trasladó a la decoración de los azulejos andaluces, con la proliferación de tracerías, motivos vegetales y composiciones de inspiración textil.
El pabellón de Carlos V del Real Alcázar de Sevilla, la Casa de Pilatos o la iglesia del convento de Santa Paula son algunos de los lugares donde se pueden encontrar muestras de azulejos isabelinos y renacentistas.